Amaranta. Descubriendo los senderos del alma.
El Palomar, Buenos Aires

Las terapias complementarias ¿son para cualquier persona? ¿Cómo puedo darme cuenta si son para mí? Muchas veces me preguntan si las terapias complementarias, terapias del almas como yo suelo llamarlas son para todas las personas. Desde mi experiencia personal, como paciente, como consultante, de haber transitado años de distintos recorridos, en busca de respuestas que traigan paz a mi alma, en busca de información que solo podía encontrarla en los planos superiores, podría... decirles que sí, que cualquier persona puede adentrarse en esa sabiduría universal. Si yo pudepor qué no podría otra persona no? He recorrido éstos caminos por distintos senderos, desde mucho antes de haberme convertido yo, en terapeuta. Y creo que solo es por ahí, dónde uno puede sanar verdaderamente, desde lo más profundo, que es el ALMA. Mi mirada como profesional de la salud que también soy, me hace tener mucha cautela con mis palabras, para no cruzar fronteras de incumbencias profesionales. Pero mi escrito, es solo desde mi propia experiencia, y que puede no ser la de otros. Todos hemos llegado a ésta vida, un poco rotos, un poco descocidoso nos han roto por alguna circunstancia y quizás alguna vez hemos tenido que acceder a una consulta psicológica. Bueno, yo he sido unavarios años de terapias con distintas profesionales, distintas orientaciones, y muy poco de mí ha resurgido de las cenizas, como suelo decir. Y ahí creo que radica la diferencia, hay disciplinas que nos ayudan desde la mente, y otras terapias que ayudan desde el alma, desde lo más profundo, nuestra verdadera esencia. Y es porque nos permite comprender más allá de la mente, y resignificar nuestro presente, nuestras situaciones cotidianas, aquellas a las cuales no encontramos respuestas, pero que tienen una enorme capacidad de estorbar nuestro presente. Sí puedo compartirles que se necesita un poco de valentía, para poder enfrentarnos a cosas que aún desconocíamos, pero el conocimiento trae siempre paz al ALMA, y con ella a nuestro cuerpo, nuestra mente. Hay una frase que siempre suelo decir... Cuando el alumno está listo, aparece el maestro. En este caso sería igual, cuando realmente estemos listos para sanarnos...aparecerá esa persona que nos acompañará en el recorrido. Y de repente y casi sin darnos cuenta comenzamos a SANAR.